Llama la atención la altanería de nuestros políticos cuando se enfrentan a una situación difícil y siempre se encuentran muy orgullosos y satisfechos de la solución aplicada. Ya lo dijo Aznar cuando expulsó a 103 inmigrantes subsaharianos procedentes de Melilla sedados con Halopedirol y ayer lo repetía el gobierno tras el desastre del fin de semana en los aeropuertos. Ni el problema de Melilla se solucionó, basta mirar hemerotecas desde entonces hasta hoy para darnos cuenta de que el drama de la inmigración irregular en Ceuta y Melilla sigue azotándonos, ni seguro que el estado de alarma solucionará el conflicto con los controladores aéreos. mal le valdría a estos políticos algo de humildad y decir que se ha hecho lo que se ha podido con la ley en la mano, pero que efectivamente la solución no es fácil y llegando al sumo de esa virtud estar abiertos a recibir consejos de otros o incluso escuchar a la ciudadanía.
Yo no tengo la solución, menos mal, sino sería político, pero lo que si sé es que la amenaza de prisión no solucionará un conflicto laboral y también se que ningún juez en su sano juicio condenará a 8 años de prisión a un controlador por no haber comparecido en su puesto de trabajo. basta para que no se pueda probar la confabulación en cada uno de los controladores para cerrar el espacio aéreo, para que caiga el delito de sedición.
Sin embargo seguro que sería muchos más efectiva la reacción administrativa, los despidos de los que se ausentaron de su puesto de trabajo y también la exigencia de responsabilidad civil a esos controladores de todo el dinero que perdieron los ciudadanos, los operadores y el sector servicio. No creo que a un juez, tras un proceso justo, le duela en prenda embargar los bienes de quienes son multimillonarios a costa de todos, e incluso embargarles el sueldo, salvo el salario mínimo y poco mas, que permite la Ley de Enjuiciamiento Civil para que aquellos que cobran en un solo mes mucho mas que la mayoría de las familias españolas en un año y con su actuación han frustrado las expectativas e ilusiones de muchos. Eso si tendría un verdadero efecto ejemplificante o de prevención general y sería aceptado por los ciudadanos, lo demás son cantos de sirena que terminarán con la firma del nuevo convenio colectivo.
Las palabras en la arena, como las describió Buero Vallejo,sirvieron para poner de manifiesto los pecados de aquellos que querían lapidar a la mujer adúltera y evitar que esta se produjese. No digo yo que mi Blog pueda servir para evitar tamañas injusticias por aquellos que se apartan de la solidaridad y practican la hipocresía, pero al menos pondré mi granito de arena, siendo también consciente de que yo también tendré palabras en la arena a mi dirigidas por los seguidores de este blog.
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Parece mentirá la lapidación pública que están recibiendo estos trabajadores. Que sean 2.000 en todo el estado, que ganen hasta 300.000 euros al mes, que hayan paralizado el espacio aéreo, que sean trabajadores únicos en España, …, todo lo que se quiera decir, no desvirtuará el hecho de que son trabajadores por cuenta ajena y, si están en esa situación de retribuciones u otros beneficios, es por que así lo han peleado y así lo han conseguido con su patronal, en negociación colectiva, tan respetable como la de cualquier otro sector. Otra cosa es quien estaba al otro lado de la mesa cuando negociaron. Era AENA, una patronal de paja cuyos miembros también ganarán pingües salarios. Qué han hecho desde 1992 para contribuir al sostenimiento equilibrado de este colectivo laboral. Parece notorio, absolutamente nada. Pues esa patronal es la auténtica merecedora de la lapidación. Esos gobiernos de abiertas tragaderas, ésos son los justos merecedores de la lapidación y no los trabajadores.
ResponderEliminarRomper la baraja por el lado más débil, por muy remunerado que esté, es miserable. Que bonito está que sean trabajadores por cuenta ajena, cuyo único oficio es conducir aviones por el aire, los que respondan de la ineptitud de AENA y de los gobiernos. Quitémosles los sueldos, las casas, el puesto de trabajo,…, y con todo eso, ¿qué habremos ganado los trabajadores?. Aprender que es mejor estar en el bando de la patronal; la historia de siempre estar del lado del que al final tiene la sartén por el mango. Como dice mi amigo, “el trabajo es para el que no sabe hacer otra cosa”.
Que llegue este ministro lumbreras, y cual sheriff del oeste, diga que a esta gente se han acabado los privilegios, es lamentable (si Pablo Iglesias saliera del cubículo). Pero que seamos otros trabajadores quienes pongamos a parir a esta gente, al rebufo del ministro, es patético. Y ahora, por si las moscas, con el arma desenfundada …. estado de alarma.
Antonio Navarro.
Como se titulaba mi reflexión, "teníamos un problema y ¿lo hemos solucionado? planteaba una pregunta a la que le daba una respuesta. El problema no estaba solucionado y por supuesto existe responsabilidad del Estado, no lo olvidemos serían responsables civiles subsidiarios.
ResponderEliminarPero todo ello no es óbice para que el que la hace la pague. los controladores por acción u omisión han causado un daño a miles de ciudadanos, la mayoría también trabajadoras, incluso muchos de ellos inmigrantes que han ahorrado durante un año para poder acercarse a ver a sus familias. trabajadores también por cuenta ajena que cobran en todo un año menos de la mitad que los controladores en un solo mes. ¿no merecen estos trabajadores justicia?
No estamos aquí discutiendo que tengan o no derechos laborales adquiridos, sino que sin previo aviso paralizan un país, dejando a miles de familias muchos mas humildes que ellos sin sus vacaciones y a muchos hosteleros, pequeños empresarios (patronal)que también cobran muchísimos menos que ellos en la estacada. Y esos empresarios deben seguir pagando las nóminas a sus empleados, por supuesto, nominas muy inferiores a las de los controladores.
Si hay que estar con alguien prefiero estar con esa patronal (pequeños empresarios y la mayoría de autónomos), que con esos "trabajadores por cuenta ajena".
Dicho todo esto, creo que la decisión de prorrogar el estado de alarma es desproporcionada y no se justifica. Fue necesaria entonces, ahora toca otra cosa, exigir responsabilidades y que los políticos busquen soluciones, que para eso les pagamos el sueldo.